viernes, 14 de diciembre de 2012

Experiencia personal

Contamos con el testimonio de una persona que sufrió de anorexia en una de las épocas más duras de nuestra vida: la adolescencia.
Cabe decir que hace unos pocos de años la gente no sabía de este tipo de enfermedades, con lo cual tampoco existían centros especializados en gente con este tipo de enfermedad, como los hay ahora.
Esperamos que tanto este blog como esta pequeña entrevista puedan seguir a alguien de ayuda o guía.

Nos cuenta que todo empieza con las típicas conversaciones de amigas: que sí me hace falta empezar un régimen ...que si mira este michelín de aquí ... Etc.
Entonces empiezas a mirarte al espejo, y a mirar con odio esos "quilitos" de más que siempre te has visto.
Comenzó quitándose de pequeños caprichos, bollos, chocolate ... Sin seguir realmente un régimen estricto, ya que en su casa no se le hubiera permitido tal cosa, y no podían enterarse bajo ninguna circunstancia.
Como vió que empezó a bajar cuatro, cinco kilos con un poco de tiempo, empezó a saltarse comidas, cometiendo todo tipo de argucias cuando comía con la familia; echar la comida en los bolsillos, darle comida extra al perro ... y demás.
Después de casi dos años enteros, llegó a pesar cuarenta kilos , con una estatura de 1,75 cm.
Sin embargo, esto aún no era suficiente para hacerla cambiar sobre unos hábitos ya impuestos durante mucho tiempo. Al final de un verano, su madre se dio cuenta de la cantidad de peso que había perdido, así que empezó a hablar con ella, a estar más encima suyo ...
Pero todas estas cosas a ella no hacían más que molestarla, ya que no encontraba que tuviese ningún problema, ella se veía bien tal y como estaba en ese momento, y no le importaba la opinión de los demás.
A pesar de todo, una mañana que su madre se fue al mercado y ella se encontraba sola, decidió que no podía seguir así, con lo que desayunó todo lo que vio por la cocina y le apetecía. Comiendo a gusto como no hacía desde hacía tiempo.
Comenta que siempre recordará ese día, ya que como su madre ya se encontraba muy pendiente de ella, la hizo comerse todo el plato de macarrones que tocaba aquel día, lo que le resultó muy difícil, por el desayuno que se había tomado, pero no iba a comentarlo, porque probablemente su madre no la creería.
A partir de aquel día, y muy poco a poco, empezó a comer con normalidad y a recuperar su peso ideal.
A día de hoy es una mujer con una familia, y con unos hábitos de vida saludables, y recomienda a todo el mundo que escuchen a su familia, ya que en estos casos su ayuda es imprescindible.

2 comentarios:

  1. Es verdad muchos empezamos por comentarios que nos lanzamos entre amigos y amigas que solo pretenden incordiar, pero que en ocasiones tomamos demasiado en serio, la verdad a mi me paso algo similar y es verdad que sin el apoyo de mi familia y amigos no habría resultado fácil conseguirlo...
    Es una verdadera suerte poder contar con gente que se preocupe por lo que nos ocurre.

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  2. Las historias de las personas que padecen estas enfermedades son muy fuertes....
    Es una pena que en nuestra sociedad "tan desarrollada" se sigan dando casos así, sin que nadie se de cuenta y lo que mas me sorprende es la forma en que estas personas se ven atacadas...

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