El trastorno por atracón, se caracteriza por una pérdida absoluta de control a la hora de comer, se ingieren enormes cantidades de alimentos en un corto período de tiempo y como consecuencia las personas quienes padecen este trastorno tienden a los vómitos inducidos, laxantes, no comer o ejercitarse de manera excesiva.
La gente no desea tener exceso de peso, pero no pueden evitar ingerir la comida de manera descontrolada, lo cual acarrea severos conflictos internos entre la imagen corporal que desean tener y la realidad de que no pueden alcanzar esa silueta porque simplemente no pueden detenerse ante la comida. Esto genera tristeza, culpa, auto reproches y rechazo hacia ellos mismos. Veremos que muchas veces se abstienen de comer en público o comen poco ante la presencia de los demás, pero al llegar a su casa comienza el desenfreno alimenticio.
Las emociones ocupan un rol fundamental en este trastorno. Se suele comer como manera de lidiar con el stress, la ansiedad, el enojo (con uno mismo a manera de castigo, o con los demás), la angustia, la desilusión, la soledad.
El tratamiento
Se suele necesitar un tratamiento multidisciplinario con nutricionista, psiquiatra y psicólogo, debido al interjuego psíquico-físico que se presenta. Lo delicado del problema es que tratamos con una adicción a la comida y no es algo que podamos alejar de nuestras vidas como una droga, ya que necesitamos alimentarnos varias veces por día. La clave se encuentra en establecer una relación sana con la comida.
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