Vigorexia

La vigorexia también llamada disformia muscular o anorexia inversa, es un trastorno por el cual las personas que lo padecen se ven envueltas por una preocupación excesiva por el físico, al creerse débiles y enclenques, pese a que su condición no es en absoluto la que se plantean en sus mentes. Las personas que padecen vigorexia ven unas imágenes distorsionadas de si mismas, centrándose principalmente en sus defectos, esta insuficiencia produce en ellos cambios de humor y afecta también a las relaciones personales que mantienen. Para conseguir las expectativas que estos individuos tienen fijadas y ven que con la simple práctica del deporte no se consiguen o quieren conseguir resultados más rápidamente, suelen recurrir a la ingesta de esteroides u otras sustancias que les ayuden a fomentar su desarrollo físico.
Las personas que lo padecen se caracterizan por:
  • Una excesiva práctica de actividad física, con el fin de potenciar su desarrollo muscular, y para lograrlo acaban por desentenderse de sus obligaciones principales centrándose únicamente en la forma de conseguir un desarrollo muscular más rápido.
  • Al igual que las personas que padecen anorexia, los que tienen el trastorno de la vigorexia, se miran constantemente al espejo y no quieren exponerse al juicio de los demás.
  • Creación de dietas que potencian principalmente el consumo de proteínas y carbohidratos conllevando a la disminución de la ingesta de lípidos.
Algunos factores posibles que contribuyen a este trastorno son: la intimidación y burlas, el perfeccionismo, la tensión severa, el enfoque estético y la influencia negativa de la cultura de masas que promueve un cuerpo idealizado.
Los medios de comunicación pueden tener un papel importante en cómo una persona se ve a sí. La cantidad de revistas, anuncios y programas de televisión de hoy en día, pueden favorecer a que una persona tenga una idea distorsionada de cómo es en realidad.
La vigorexia ocasiona una serie de trastornos por la realización excesiva de ejercicio, la no satisfacción con los resultados y el uso de productos para aumentar el desarrollo muscular. En consecuencia se pueden desarrollar síntomas físicos como mentales:
  • Músculos, articulaciones y tendones dañados 
  • Odio de sí mismo 
  • Malas relaciones, vida social afectada negativamente 
  • Interferencia con el trabajo y la escuela 
  • Incapacidad para relajarse sin preocuparse constantemente sobre el juicio de los demás. 
  • Depresión, suicidio 
  • Efectos peligrosos de los esteroides y otras drogas de culturismo 



Según algunas personas que han padecido esta enfermedad, relacionan como culpables a las constantes burlas que se realizaban contra ellas en su entorno educativo o incluso por comentarios que no tenían nada que ver con ellos, pero que sin embargo tomaban como propios. Por consecuencia de ello adquieren una inseguridad ante su forma de relacionarse con los demás y esto les lleva a creer que al aumentar su físico pueden conseguir más seguridad en sí mismos y conseguir que el resto les tenga un mayor “respeto”. En definitiva las personas que se han visto atacadas por comentarios o la constante presión de la publicidad con sus distintos ideales del cuerpo prefecto, buscan una salida para mejorar su forma de vida creyendo que al conseguirlo la gente cambiara la imagen que tienen de ellos.


Para conseguir superar este trastorno los que lo padecen tienen que seguir un tratamiento psicológico a largo plazo en el que es fundamental el apoyo de familiares y amigos, para que el paciente vaya tomando conciencia de su trastorno y pueda superarlo. En estos tratamientos se busca cambiar la visión que la persona tiene de su cuerpo, además de buscar enfocar su mente en otras actividades con el fin de que la persona pierda la obsesión del ejercicio físico descontrolado. 

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